Hoy quiero recomendar esta enorme película de Paolo Sorrentino Un lugar donde quedarse. Fue estrenada en 2011 con el título original This must be the place y está protagonizada por Sean Penn.
Aunque pueda parecer, no es un biopic sobre la vida de Robert Smith, cantante de los Cure. Se trata de una película sobre la depresión. O mejor, es una película sobre un deprimido. Un deprimido en un momento de tal depresión que roza sin pudor su parte más cómica.
El pobre de Cheyenne (Sean Penn) nada en la abundancia económica por su exitoso pasado como estrella de rock y ocupa su lugar en el mundo con tierna resignación.
Se dice que la depresión es una enfermedad de los países ricos y esta película muestra una gran metáfora de ello a través de uno al que le sonrió el éxito en la vida, aparentemente. Multimillonario, con una mujer inteligente y vital a su lado (Frances McDormand) sin hijos de los que tener que ocuparse… y con todo el tiempo del mundo por delante ¿qué es lo que habría salido mal?
Un día aparece la ocasión en que Cheyenne va a ir a visitar a su padre al que hace muchísimos años que no ve. Y aquí se comienza a resolver una trama que pone de manifiesto el gran peso e importancia que éste había tenido en su vida, aún a pesar de no haberlo visto casi desde la adolescencia. Cheyenne, poco a poco se va dando cuenta de esto y de la importancia de llevar a cabo su misión.
Un guión que explora los intríngulis de la relación padre-hijo y que, como tantas veces en la obra de Sorrentino, escarba en lo humano profundo sin perder ese particular estilo en el que no hay drama sin comedia ni comedia que banalice los dolores de la vida.
This must be the place, este ha de ser el lugar ¿lo es?