«Con The Young Pope queda por fin demostrada la existencia del alma…»
No es difícil encontrar a gente encantada con el nuevo Papa, Francesco I, que gobierna il destino della chiesa. No es difícil escuchar hoy día que «Me encanta este Papa…» o «Mira que bien habla este Papa…». Ok, esto es porque todavía no conocen a Lenny Belardo, el Papa joven, que interpreta divinamente Jude Law, quien es, a la vez, coproductor de esta serie que hoy comentaré, si Dios quiere.
Algunas veces hablo de la Gestalt como un método psicoterapéutico que tiene la virtud de abrir la puerta a la otra mitad de la verdad, especialmente cuando hablamos del carácter y forma de ser de las personas. Esos rasgos que, por antitéticos, nos parece imposible que puedan coexistir en una misma persona. ¿Pueden el bien y el mal encarnar en un mismo individuo? (casi diría que pueden encarnar en una misma acción, pero no voy a opinar…)
Un Papa joven ha emergido en el Vaticano de pricipios del siglo XXI haciéndose llamar Pio XIII. Y lo ha hecho por gracia del Espíritu Santo como así lo reconoce Angelo Voiello, todopoderoso secretario de estado, que hace grandes esfuerzos por asumir a un Papa que por momentos se le escapa de las manos.
Excéntrico a la vez que pacífico personaje el cardenal Voiello, que se viste de futbolista para escuchar los partidos de su amado Napoli mientras cuida y se confiesa con Girolamo, un muchacho con parálisis cerebral que siempre ríe en el momento adecuado.
Pio XIII, seguro o inseguro?… tierno o severo?… santo o demonio? Y si hay una tercera vía?… Y si no es ni lo uno ni lo otro… O incluso uno y lo otro!
Paolo Sorrentino, creator&director de la serie, ya estaba avisando de que los extremos se tocan frecuentemente cuando en Il Divo (2008) nos dibujaba a un Giulio Andreotti (7 veces presidente de Italia) apto para las mayores controversias.
Con The Young Pope queda por fin demostrada la existencia del alma… del alma de las historias bien contadas. Humor, emoción, sorpresas y milagros garantizados en esta magnum opus que ya ha confirmado una segunda temporada.
Nihili est, qui nihil amat