«en cambio, ahora, lo que causa estupor son las posiciones tradicionales. Y hablo de tradiciones de 20 años…»
Exsiste bastante acuerdo en aceptar que vivimos una época de cambios sociales profundos. La crisis que empezó en 2008 parece haber sido el pistoletazo para el inicio de una gran traca de acontecimientos políticos, económicos y sociales. Uno de los asuntos afectados tiene que ver con los roles de género. Qué es quíen, qué fue, qué deberá de ser… Debates que hace no muchos años causarían estupor y, en cambio, ahora, lo que causa estupor son las posiciones tradicionales. Y hablo de tradiciones de 20 años… Pero hoy quiero aportar una pincelada artística a ese debate a través de un breve poema robado a Chuang-Tze…
Un hombre auténtico
¿Qué significa ser un hombre auténtico?
Los hombres auténticos de la antigüedad
No tenían miedo cuando mantenían sus opiniones.
No había grandes hazañas. Ni planes.
Si fracasaban, no había pena.
No había autocomplacencia si triunfaban.
Escalaban acantilados, no sentían vértigo.
Empapados de agua, nunca estaban húmedos.
Atravesaban el fuego y nunca se quemaban.Así su saber alcanzó el camino hacia Tao.
No tenían intención de luchar contra Tao.
No fue idea suya ayudar a Tao.
Estos son los que llamamos hombres auténticos.
Mente libre, aunque ocupada.
Frentes despejadas, rostros serenos.
¿Eran fríos? Sólo el otoño es frío.
¿Eran cálidos? No más que la primavera…
¿Todo eso procedía de ellos?
Como las cuatro estaciones.
Chuang-Tze