«La familia es nuestro grupo de referencia y es nuestro nido, eso no cambia, sólo cambia el sitio donde está ahora el nido, que está, pues eso, en cuatro paredes. Mucho pasa por el amor y el humor…»
Hoy retomo la sección de entrevistas de este blog publicando la conversación que mantuve con Mari Carmen Gónzalez Hermo, psicóloga por la USC, experta en psicología de emergencias y catástrofes. Finalizó recientemente la formación en Terapia Gestalt y ejerce como psicóloga sanitaria en un centro de atención a personas con diversidad intelectual desde 2010 además de ser miembro de la comisión coordinadora del grupo de intervención psicológica en catástrofes y emergencias.
Y aunque no figura en su curriculum, me aventuro a afirmar que Mari Carmen posee un gran don, o habilidad, que en esta época, si se me permite, es tan importante y necesario. Y especialmente en esta profesión es de apreciar su gran naturalidad.

Hola Mari Carmen, ¿Cómo estás? ¿Cómo estás llevando el confinamiento?
Pues bien, sintiendo que me cuido, hago ejercicio casi todos los días, cocino para mí, que normalmente no lo hago… y estoy escribiendo un cuento que me está encantando, es super emocionante, a ver si lo termino hoy, sí, estoy contenta En mi huerta planté unos tomatitos y lechugas y arranco las hierbas co fousiño porque no tengo cortacesped y es una huerta bastante grande… el otro día pasó una vecina y me dice “mulleeer e pa que cortas a herba que ti non andas por ahí…” Dixenlle “pero Carme déixeme entretenerme!” (risas)
Sí, a mí también me vió ayer una vecina enterrado en la huerta y me dice “Uuuuy, está aparecendo moito labrador novo!…” (risas) Bueno, tengo entendido que eres Riveirense, ¿te importa si hacemos la entrevista en castellano? Por respeto al público internacional del blog?… ¿Tú en qué sueles hablar?
En galego suelen ser los chistes y los enfados (risas)
Empezó este período de reclusión y al tercer día me dije “ok, me temo que es el momento de retomar el blog” y al cabo de unos días te vi en la tele y lo tuve claro, me dije: “Esta chicha es la persona ideal para retomar la sección de Entrevistas!” Entonces te doy las gracias antes que nada por concedérmela. Mis estudios de periodismo nunca empezaron, tampoco sentí la vocación, así que de aquí puede salir cualquier cosa. (risas)
En primer lugar me gustaría que me contases un poco qué estás haciendo profesionalmente. ¿Estás en el centro de atención diurna a personas con diversidad funcional, me decías? ¿También en el grupo de emergencias?
Sí, profesionalmente esas dos cosas, en el centro estamos haciendo teletrabajo. Aunque ahora ya nos redujeron las horas, sigo haciendo vídeos, y actividades que les mandamos a los chicos a casa para que ellos las hagan y bueno, la verdad es que están resultando muy bien porque los chicos, algunos las hacen, otros simplemente se quedan así mirando delante del teléfono… pero al vernos ya se sienten cercanos… Son setenta y cinco y nos repartimos entre los compañeros para hacer llamadas de seguimiento…
Con el grupo de emergencias pues estuvimos haciendo recomendaciones para distintos cuerpos, para farmacéuticos, para enfermería, para camioneros y transportistas. Luego también tenemos servicio de atención telefónica para enfermeras y farmacéuticos y también se aprobó uno para la población en general con la Xunta.
Te me quedaste muy parado… (es video-conferencia) ¿Estás muy quieto, muy atento o…?
Te escucho perfectamente, pero ya conté el decalaje. Desde que digo algo hasta que veo que lo escuchas, pasan 6 segundos… Ja ja…
Te decía que te vi en la tele, en “Quen anda ahí” de la TVG para responder principalmente consultas de expectadores que tuviesen inquietudes psicológicas respecto a todo lo que implica la aparición del Coronavirus… (el monotema, claro) ¿Qué es lo que más te preguntan? ¿Y qué es lo que más preocupa a la gente?
A mí me sorprendió que, lo del confinamiento, iba a ser muy dramático y muy difícil para muchas personas, y en ese aspecto me sorprendió que la gente lo está llevando mejor que lo que yo pensaba, pero sí que lo que les inquieta es por conocer a alguien que dio positivo y que está ingresado… o gente que está en espera, como una compañera que está en Madrid que su marido estaba esperando a que le dieran los resultados y que fue un tiempo muy difícil porque tardaron al menos una semana en darle los resultados desde que él lo detectó hasta que le hicieron la prueba ya casi una semana, después hasta los resultados otra semana… entonces fueron dos semanas en las que no sabían si estaba bien o estaba mal, porque también la parte psicológica de estar esperando…
Y después con respecto al duelo pues personas que fallecen, ya no sólo por coronavirus y amigos y familiares pues que no pueden estar a su lado… por ejemplo un chico que su padre está enfermo de cáncer y no pueden ir a visitarlo… sabes cómo está, pero no es la manera cómo quieres saberlo, tú quieres estar allí al lado. Yo creo que eso es lo más difícil ahora mismo. Porque todo lo demás aunque digamos que es difícil, pues estar aquí encerrados y eso… pero tú sabes que tu familia está bien y que tus amigos están bien, entonces pues estarás más aburrido, estarás más enfadado o más triste pero al menos no estás desesperanzado y con ese temor de soledad y de no poder hacer nada por ellos. Eso es de lo que peor lleva la gente, no poder hacer nada con esto.
Esta enfermedad ataca especialmente a gente mayor, pero el confinamiento es para todo el mundo. Se habla mucho del miedo, ¿Qué es lo que más miedo le da a la gente? ¿Qué es peor en este caso, temer, o lo temido?
El miedo como emoción puede que sea inevitable. Si el miedo nos sirve de alerta y para ir planificando soluciones, en ese sentido, el miedo es inevitable porque nuestra naturaleza humana nos dice que “esto no”. El ser humano no está hecho para estar confinado, entonces una parte de nosotros intenta decir “ponte a salvo, sal de aquí que esto no es normal…” Pero luego la lógica nos hace saber que esto es lo normal en este momento. Yo creo que ahora mismo, hoy por hoy, es peor el miedo porque la situación temida realmente… pues hoy sigo teniendo luz, comida, mi salud está bien, mi familia está bien… Ahora solo puedo hacer lo que puedo hacer, sobrevivir, cuidarme, en todos los aspectos, en el emocional, en lo social… y creo que ahora mismo lo que mas daño hace es el miedo, más que la situación temida.
¿Por qué crees que en Galicia el virus es menos letal? ¿Podría haber alguna razón conductual?
Creo que puede haber de todo. En los pueblos y el rural es más fácil mantener el confinamiento, el no tocarnos ¿no? Quizás es más fácil, puedes seguir viendo a personas sin tocarte y sin estar en riesgo de contagio. Eso por un lado. Por el otro, a cabesudos, a ghiadiños non hay quen nos ghane jaja, También a sacrificados, y cuando hay que dar el callo lo damos, entonces sí, puede haber un aspecto social, de nuestro carácter que no sé, me parece que por cultura aunque somos mucho de despotricar y de echar pestes tamén temos espalda para levar nelas, entonces somos capaces de estar aguantando callados, aunque roñes, te sigues manteniendo así y creo que eso es lo que pasa aquí, que aunque todos roñemos al final nos quedamos en casa, y eso, que lo rural ayuda a que haya menos trato directo.
¿Crees que puede tener secuelas psicológicas este encierro en la gente? ¿Cuales?
La palabra secuelas ya implica algo negativo, un daño. Entonces sí, puede haber secuelas, puede haber aprendizajes, consecuencias… Lo que vivimos con esto, no es lo mismo yo que estoy sola en mi casa en un pueblo que una persona en un piso que son 6 en 50 metros cuadrados. Depende del tipo de vida que lleves, las relaciones que mantengas en esa casa pequeña… Creo que aunque se habla mucho por ahí de las consecuencias generales, de que pueden aumentar los divorcios… hay situaciones de riesgo como puede ser familias donde hay adicción, personas con enfermedad mental que a lo mejor no está tratada o que debido al confinamiento puede ser más fácil que desatiendan el tratamiento, o familias donde hay violencia pero son riesgos que no son sólo del confinamiento, sino que ya estaban ahí, son riesgos del deterioro psicosocial, y claro cuando ya hay riesgos, algo que pase, pues un accidente, una muerte, el paro, todas esas cosas van a perjudicarlo El confinamiento acentúa las dificultades que ya hubiese en la familia, y es verdad que pueden surgir otras.
No quiero dar respuestas de consecuencias del confinamiento porque me parece muy alarmista, o que todo se justifica con el confinamiento como diciendo “yo puedo estar así porque estoy confinado” o “mira, el confinamiento vino a arruinar mi vida” quitándome a mí el protagonismo en mi vida. Si son secuelas o aprendizajes pues también va a depender un poco de lo que yo haga con eso.
Te pediría que concretases en dos ejemplos: una posible depresión física y psicológica por falta de movimiento y de aire puro, y también un exceso de soledad. Entiendo que las relaciones sufren si no hay contacto… Y hay mucha gente que vive sola ¿puede haber peligro de que esto suceda?
Sí que lo puede haber, pero es lo mismo que te decía antes, suele haber cuando ya lo había antes. Claro que afecta pero, mientras una persona tiene autonomía en su vida, es importante cuidar la emoción, el cuerpo y lo social. Es bueno que cuando estoy de buen humor, cuando no noto la soledad, ahí es cuando me puedo cuidar, ahí es cuando tengo que hacer todo lo posible para cuidar mi cuerpo, pues eso, ducharlo, moverlo, ponerlo bonito, limpiar la casa para que el cuerpo esté cómodo, poner música, leer los chistes de lo whatsapps, non estar a leer merdas de malos humores que llegan por muchos lados…
En cuanto al eje dramatizar-desdramatizar… ¿Crees que desde los medios de comunicación se está contando la historia adecuadamente? Cuéntanos tu visión.
La verdad es que no sé mucho de los medios de comunicación, sólo miro medio telediario al día, porque sólo miro la información que da el político y listo. Creo que en muchos medios que no son propiamente informativos dicen que están informando contando solo historias vitales de las personas que llevan a la crispación, entonces cuando ya se pone nombre y apellidos a esto que está ocurriendo, me parece que ahí ya se va más allá de la información y que ya se está dramatizando. Por ejemplo cuando fui al programa uno de los periodistas hablaba que hay moitos vellos solos, que hay unha muller que os seus fillos pasan dela… Vale. Pasan de ella, igual ya pasaban antes. Claro, creo que eso no es positivo para nadie. Es quitar una realidad del contexto porque ese problema esa mujer ya lo tenía antes y eso ya la hacía sufrir antes. Ahora parece que como hay esto en común, todos tenemos que estar sufriendo con el coronavirus, y a lo mejor no todos estamos sufriendo con el coronavirus. El otro día me decían “ay, eu, qué ben estou. Porque déitome e non teño que estar pensando a que médico teño que ir mañá.” Ella es una señora que se encarga de llevar a todos a los médicos. “Pero síntome mal porque vexo tanta xente que está morrendo por outros lados e tal…” Entonces, en ese sentido también tener tanta información hace que quien está bien tenga la noción de que estar bien es malo, de que si estoy bien y no estoy sufriendo como la mayoría es que soy rara o soy mala, entonces me tengo que mimetizar con ese sufrimiento y agarrarme a las cosas que son negativas o me hacen sufrir. Y eso es también no cuidar la emoción propia.
¿Qué es lo que está ayudando más a las familias a soportar el encierro?
Pues yo digo que es lo mismo que nos ayudaba antes. El otro día le mandé un ejercicio a los chicos que era que comparasen herramientas, y es muy simple. Es sobre el esquema: mi cuerpo, mi mente y mi grupo social, ¿Qué cosas me cuidaban antes? Porque en la vida ya tuve antes muchas situaciones difíciles, todos las tuvimos, hasta los niños. Entonces, ¿qué me ayudó a llevar la vida? Porque toda la vida son pruebas. Las herramientas para cuidarnos son las mismas que teníamos antes solo que hay que reconstruirlas y aplicarlas a lo que se está viviendo ahora. Creo que a las familias lo que les ayuda es seguir manteniendo lo que las cuidaba antes, el cuidado de unos con otros, mantener las rutinas, el que estén repartidos los roles, que se apoyen y se complementen unos y otros, el afecto, y creo que está infravalorado el humor, la capacidad que tenemos de divertirnos. La familia es nuestro grupo de referencia y es nuestro nido, eso no cambia, sólo cambia el sitio donde está ahora el nido, que está, pues eso, en cuatro paredes. Mucho pasa por el amor y el humor.
Como seguramente sabes, este blog, aunque a veces no lo parezca, va sobre Terapia Gestalt, y como decía al principio, tú te formaste en Terapia Gestalt. ¿Cómo conociste la Terapia Gestalt y qué te atrajo de ella?
La conocí porque fui a un taller. Llevaba tiempo queriendo hacer un máster y no sabía muy bien en qué hacerlo, estaba un poco enfadada porque me parecía que todos tenían la solución de todo y si era cognitiva pues “esto vale para todo”, si era sistémica “esto vale para todo”… todas me parecían decir que tenían la llave de la sabiduría y a mí me faltaba la parte espiritual, esto que hablamos, lo que a mí me ayudó a afrontar la vida, las dificultades que tuve en la vida, y muchas de las que tuve que fueron relacionadas con duelo y con separaciones duras… a mí lo que me ayudó fue la parte espiritual, el entender que hay algo más allá, y el atenderme también a la emoción… o mis fantasías de mis cuentos de hadas… y en ese taller descubrí que había una corriente que une también la emoción y el cuerpo y aunque en ese taller no se tocaba mucho la espiritualidad. Para mí era algo loco meter la espiritualidad, “lo que no se ve”… decirlo ¿no? Decir que eso también nos afecta a las personas, de aquellas me parecía loco. Ese taller sobre todo unió el cuerpo y la emoción y eso era lo que yo estaba buscando. Entonces le pregunté a la chica que lo daba dónde se había formado y así me recomendó Guibor y allí empecé. Y la verdad es que fue el dinero mejor invertido de mi vida.
¿Qué te aportó esta formación a la hora de realizar tu trabajo?
En mi manera de trabajar me abrió la mente y me ayudó a entender que “todo vale”, a ir al ritmo del paciente, y me ayudó a darme cuenta de que, aunque yo ya lo pensaba, que era una herramienta, que no soy la que hace las cosas sino que simplemente soy una herramienta, gracias a esto fue el descubrirlo fisicamente, no toda la responsabilidad y todo el poder está en mí. Lo cual eso queda, por un lado, como “Jo, entonces yo ¿no hago nada?” Pero por otro queda también como liberarte de tensión y darle la responsabilidad a quien de verdad la tiene, porque no somos dioses. Entonces a mí creo que me ayudó en humildad, y con la humildad también quitas complejos, porque al ser lo suficientemente humilde como para saber que el otro es el protagonista de su vida, eso también me relaja y soy menos crítica a la hora de decir que no todo depende de mí. No tengo que ser la perfecta. Ante todo me dio humildad y amplitud de corazón. Y honestidad también. Entendí la diferencia entre honestidad y sinceridad. Y se vive más cómodo siendo honesto.
Bien pues estamos acabando, ya sólo nos falta el epílogo. Alguna recomendación…
Una práctica para mantener nuestra psiquis en forma:
Yo diría hacer algo que se nos de bien y nos guste.
Un libro: (o dos, ya que estamos como estamos…)
Ay! El Principito, es uno de mis preferidos. Y Los pilares de la tierra también.
Una película:
La que siempre me viene es la de El club de los poetas muertos, ya sé que es muy ñoña pero… es mi película.
¿Siempre quisiste ser psicóloga?
Bueno yo en el instituto, cuando solicité, sólo puse fisioterapeuta, medicina y psicología. En ese orden. Yo siempre quise ser fisioterapeuta, y tocar cuerpos, jaja De niña era la enfermera del recreo porque siempre que había alguien con pupas… era la compoñedora, jaja, sabes? Cuando alguien se caía jaja no sé como no hay más cojos en Palmeira, y más mancos porque yo arreglaba siempre…jaja las manos y las cosas… Así que, ya de niña sí que, si había algún herido fuese de una manera o de otra siempre venían a junto de mí. Así que siempre quise ser curandera realmente y era lo más parecido jajaja
Por último, ¿Cómo te gustaría celebrar el fin del confinamiento?
Iba a decir haciendo el amor jaja, pero si eso no está bien decirlo… mira, realmente con mis compañeros de trabajo les decía que en cuanto acabe el confinamiento fiesta y comedela en mi casa. Y guitarra, pandereta y todos aquí. En privado haciendo el amor y en público con todos mis compañeros de trabajo que siempre están ahí conmigo aquí en mi casa con guitarras panderetas licorcafé y churrasco. Muy a la gallega!
Que así sea! Muchas gracias. Por tu generosidad, y por tu buen humor. Qué buena medicina!